¿Quieres que te sea realmente sincera? Tengo
miedo de despertar y que nadie me diga que me quiere. Me asusta la idea de no
poder mirarte a los ojos nunca más, ni besar tu sonrisa por las mañanas, ni por
las tardes, ni por las noches, de no oír tu voz susurrando en mi oído. Me causa
temor solamente pensar que tal vez nunca más me rodeen tus brazos, y que quizás
no vuelva a escucharte reír. Me estremece imaginarte con otra, otras, que
alguien ocupe mi lugar, que te hagas adicto a otras personas. A decir verdad,
realmente me da miedo el hecho de que te vayas, de que me dejes sola, otra vez.
Me aterra saber que, con el tiempo, no recordaré el tono de tu rostro, ni el
color de tus ojos. Que no seré capaz de acordarme del sabor de tus besos, ni
del sonido de tu voz, ni del tacto cálido de tus manos. Me horripila la
sensación de que esa canción perderá todo el sentido, y que borres mi número de
la memoria de tu teléfono. Me horroriza tener que abrir nuevos caminos, buscar
nuevas metas, nuevas personas, aunque no tan nuevos sentimientos.
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